Este texto describe un testimonio dado por Jonathan Joel Rodríguez Imbert, exdirector administrativo de la Procuraduría General de la República (PGR), en relación con el caso Medusa. En resumen, Rodríguez Imbert admitió su culpabilidad y afirmó que actuó bajo las instrucciones del exprocurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, y de Rafael Canó Sacco, exjefe de Gabinete de la Procuraduría.
Rodríguez Imbert explicó que, aunque tenía un poder para firmar contratos a nombre de Jean Alain Rodríguez, todas sus acciones eran dirigidas por Canó y Rodríguez. Afirmó que se le instruyó recolectar sobornos de contratistas y empresas de alimentos, así como manipular procesos de licitación para favorecer a ciertas personas designadas por ellos. También mencionó actividades financieras irregulares, como pagos a empresas y adquisiciones de equipos, servicios y propiedades.
En cuanto a la defensa de Rodríguez Imbert, su abogada mencionó que están dispuestos a participar en el juicio de fondo y no han llegado a un acuerdo con el Ministerio Público. Sin embargo, no descartan la posibilidad de llegar a un acuerdo en el futuro. Solicitaron un auto de apertura a juicio para permitir el contrainterrogatorio y el careo con las personas implicadas, incluyendo a Jean Alain Rodríguez y Canó.
Este testimonio y las acciones legales que se derivan de él sugieren una situación compleja de corrupción y abuso de poder dentro de la Procuraduría General de la República en la República Dominicana.
