El flamante presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, ha dado un paso sin precedentes al presentar públicamente a sus dos esposas durante el cierre de su campaña electoral, enviando así un mensaje claro en un país donde la poligamia es una práctica arraigada y aceptada.
Faye, quien se destacó como un opositor comprometido con un cambio radical y una política panafricana, ha generado debates y controversias al traer a la esfera pública su situación marital, considerada un símbolo de tradición en la nación mayoritariamente musulmana.
La presencia de sus dos esposas, Marie Khone y Absa, ha generado reacciones diversas en la sociedad senegalesa, siendo el tema central de discusión en medios de comunicación, redes sociales y hogares. Mientras algunos aplauden este gesto como una reafirmación de la tradición y la cultura local, otros lo critican como una práctica discriminatoria y obsoleta.
La poligamia, una práctica arraigada en Senegal, ha sido objeto de controversia tanto a nivel nacional como internacional, siendo señalada por algunos como una forma de discriminación hacia las mujeres. Sin embargo, defensores locales argumentan que es un modelo patrimonial determinado por la historia y la cultura de cada pueblo, y que juzgarlo desde una perspectiva occidental carece de legitimidad.
A pesar de las críticas, el presidente Faye ha expresado con orgullo su situación marital, destacando el apoyo y la compañía brindada por sus esposas durante su carrera política. Su elección de presentar públicamente a sus dos esposas no solo desafía las normas sociales establecidas, sino que también envía un mensaje «potente» para que otros hombres asuman su condición poligámica.
La presidencia de Faye marca un hito en la historia política de Senegal, desencadenando debates sobre la tradición, la igualdad de género y el papel de la cultura en la sociedad contemporánea. Su gesto desafía los límites del protocolo establecido, invitando a una reflexión más profunda sobre las prácticas sociales y su lugar en el contexto moderno.