¿Habrá lanzado el Presidente un caramelo envenenado a los excandidatos de oposición?

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Teófilo Abreu

Para muchos sectores políticos y sociales ha resultado saludable la iniciativa del presidente Luis Abinader, de sostener reuniones con los dos principales candidatos presidenciales de oposición, que le enfrentaron durante las recién pasadas elecciones presidenciales y congresuales.

Y no sería sorprendente esta decisión, debido a que al resultar ganador de las elecciones celebradas en el 2020, el entonces mandatario electo procuró reunirse con los presidentes de los principales partidos de oposición, Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo (FD).

A simple vista parecería una iniciativa saludable, toda vez que mediante la misma el mandatario reelecto procuraría discutir con la oposición y lograr un consenso sobre diferentes problemas que aquejan a la población.

Pero, como dice el viejo refrán, “no todo lo que brilla es oro”, y esta decisión del Presidente Abinader ha provocado serios cuestionamientos en torno a las verdaderas intenciones y lo que podría esperarle al pueblo dominicano, al tiempo de provocar conflictos internos, por lo menos en el seno del partido morado.

Por un lado se cuestiona el hecho de que estas discusiones serían con sólo dos excandidatos presidenciales, representantes de partidos calificados como mayoritarios, mientras que se ignoran los demás excandidatos, que aunque no lograron la categoría de mayoritarios, demostraron tener conciencia sobre los diferentes problemas que aquejan el país y cómo enfrentarlos.

En lo que respecta al PLD, cuyo excandidato Abel Martínez respondió asistiendo a este primer encuentro, su decisión ha provocado un conflicto a lo interno de su partido, ya que algunos de sus principales dirigentes han señalado que él ya no era candidato ni presidente del partido, y que en todo caso debió discutirse con la alta dirigencia de la organización.

En cuanto a la FP, la participación del doctor Leonel Fernández fue aplazada para el mes próximo, por supuestos problemas gripales, pero ya algunas figuras de esa organización han advertido que cualquier planteamiento del presidente Abinader debería ser analizado  y discutido por los organismos dirigenciales, antes de tomar cualquier decisión al respecto.

De antemano se sabe que está de por medio y que es de alto interés del mandatario abrir discusiones sobre importantes reformas, teniendo como principal una reforma fiscal, planteada por diferentes sectores como necesaria e ineludible, y a la que amplios sectores de la población le temen “como el diablo a la cruz”, por cuanto representaría nuevas cargas impositivas, así como una reforma a la Constitución de la República.

Esta última iniciativa, buscaría, según ha dicho el mandatario, “poner un candado”  a posibles planes futuros de aprobar una nueva reelección, más allá de los dos períodos actuales.

Se sabe que el presidente Abinader ganó la reelección, logrando mayoría absoluta, tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Diputados, que le permitirían pasar sin ningún sin ninguna dificultad y sin necesidad de contar con el apoyo de los bloques de oposición.

Pero también se sabe que en vista de lo que podría representar para la población una reforma fiscal, el mandatario quiere “amarrar” un apoyo de la oposición, por lo que los excandidatos que participan en esas reuniones deben estar preparados, para no chupar el caramelo envenenado que pudiera ofrecerle el Presidente.

De todos modos, lo más importante sería que de estos encuentros salgan cosas positivas, y que las decisiones que se tomen afecten lo menos posible a esta población, a la que ya no le caben más problemas, y que si se trata de impuestos, que paguen más los que más pueden, los que gozan de exenciones irritantes, y que paguen manos los que siempre han cargado más pesado, que son los que menos pueden y los que siempre tienen  que cargar con los platos rotos.

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