En un escenario donde la historia se teje con cada lanzamiento, Tito Horford, el pionero dominicano en la NBA, se encuentra inmerso en el esplendor de la final entre los Dallas Mavericks y los Boston Celtics, donde su hijo Al Horford también es protagonista.
Como un invitado privilegiado, Tito es tratado con honores por los propietarios de la exitosa franquicia de Boston. Se le ha reservado un asiento VIP en la primera fila de cada partido, con un costo que asciende a los 40 mil dólares en esta final.
Además, debido a su relación paternal con Al, disfruta de alojamiento en hoteles cinco estrellas junto a los jugadores, con camas especialmente diseñadas para garantizar su comodidad. Es transportado en limusina desde el aeropuerto hasta el hotel y al TD Garden, donde accede por la misma entrada que los jugadores.
Con una réplica de la icónica camiseta verde número 42 de su hijo, Tito comparte su optimismo sobre las posibilidades de los Celtics en estas finales. Confía en el talento y la determinación del equipo, liderado por jugadores destacados como Jayleen Brown y Jason Tatum, respaldados por una banca sólida que incluye a estrellas como Al Horford.
Además del espectáculo en la cancha, Tito se siente profundamente conmovido por el afecto y el reconocimiento que recibe de los fanáticos de los Celtics, quienes expresan su admiración por Al cada vez que lo ven.
Para Tito, este momento va más allá del baloncesto; es un tributo a la dedicación y al trabajo duro, así como un reflejo del amor y el apoyo de la comunidad dominicana. Aunque su deseo de jugar para los Lakers o los Celtics en su juventud no se cumplió, ahora celebra el éxito de su hijo y de los Celtics, que están en camino de romper récords y dejar su huella en la historia de la NBA.
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