En Haití, las pandillas han continuado demostrando su capacidad de sobrepasar a las fuerzas del orden en los últimos días con ataques violentos y coordinados. En un período de cuatro días, dos estaciones de policía fueron asaltadas, saqueadas y una de ellas incendiada.
El primer ataque tuvo lugar en la subcomisaría de Saint-Charles, ubicada en la comuna de Carrefour, a unos 7.87 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe. Los delincuentes armados robaron una docena de paneles solares y luego incendiaron el edificio.
El segundo incidente ocurrió en Greisser, a 27.3 kilómetros de Puerto Príncipe, donde se produjo un intenso combate entre la policía y la pandilla liderada por Ti Bébé Bougoy. Los pandilleros lograron hacer huir a los agentes y tomaron control de la comisaría por segunda vez. Esta misma unidad había sido ocupada en mayo y recuperada posteriormente por un comando del SWAT TEAM, que nuevamente tuvo que escapar para salvar sus vidas.
Los pandilleros no solo incendiaron un automóvil de la institución, sino que también grabaron un video de sus actos y lo publicaron en las redes sociales, celebrando su victoria y desafiando al alto mando de la Policía Nacional de Haití (PNH) y a los efectivos de Kenya, a quienes consideran invasores.
Desde el ataque, la PNH ha recuperado el control de la comisaría de Greisser, reportando un balance preliminar de 25 personas muertas. Este número podría aumentar, ya que hay cuerpos sin vida en casas que fueron incendiadas por los pandilleros con sus moradores adentro. Además de las vidas perdidas, los ataques causaron cuantiosos daños materiales.
Estos episodios violentos ocurrieron en un lapso de cuatro días: el ataque en Greisser el domingo y el de Saint-Charles el martes, destacando la grave situación de inseguridad y violencia que enfrenta Haití.
